jueves, 17 de febrero de 2011

El esplendor del Románico


Baldaquino de Tost, hacia 1220


¿Qué color asociamos con el Románico? ¿El gris piedra? ¿Un siena arenisca? Si visitamos la exposición El esplendor del Románico en la Fundación Mapfre de Madrid saldremos de nuestro error.

Para ver bien una exposición hay que ir sin prejuicios ni excesivas espectativas y, a poder ser, en buena compañía. Así fui. La primera sorpresa fue la cola de entrada en una mañana entre semana, sólo una semana después de la apertura de la exposición. La paciencia es la madre de la ciencia y una vez dentro, tenía que hacer esfuerzos para cerrar la boca. La colección de arte románico del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) es excelente y la puesta en escena en la Fundación Mapfre inmejorable. Sobre paredes pintadas de un gris muy oscuro las obras muy bien iluminadas resaltan y cobran todo su esplendor.







La primera parte de la exposición, El color en la arquitectura, nos muestra que el interior de los templos estaba repleto de color y de frescos iconográficos como esta Lapidación de San Esteban de Boí que data del año 1200. (Vista de lejos nos pareció que se trataba de algún tipo de canto acompañado de instrumentos de percusión, menos mal que nuestra buena compañía nos contó la historia de San Esteban primer mártir, lapidado en Jerusalén)



O este Grifo de Arlanza de hacia 1210.

Los elementos arquitectónicos románicos, eran frecuentemente también elementos escultóricos.

Dovela de Ripoll, 1160

(Se llama dovela a cada uno de los elementos que forman un arco).
Capitel de San Nicolás, hacia 1200

El altar en el Románico era un espacio para la narración y de representación simbólica. Los frentes de altar presentes en la exposición nos muestran la sencillez, la ingenuidad y la maestría con la que los maestros del románico mostraban al pueblo la vida de la Virgen o a Cristo en su Majestad. Son pinturas sobre madera, a veces con trabajo de estuco, que usan colores básicos sabiamente combinados, claramente inspiradas en la icongrafía bizantina.



Frontal del Altar de Avià, hacia 1200



Frontal del Altar de La Seu d'Urgell o de los Apóstoles, Siglo XII


Altar de Tavernoles, siglo XII

El baldaquino se encontraba sobre el altar y sólo estaba a la vista del sacerdote. El único presente en la exposición es el de Tort que encabeza esta entrada y que muestra a un Pantocrátor con mandorla esférica (suele ser almendrada) acompañado del tetramorfos (alegoría de los cuatro evangelistas).


Las tallas de madera que normalmente se encontraban en torno al altar muestran el poder de las imágenes.

 
 
Cristo de Cubells, siglo XII

San Juan, Siglo XII

Virgen de Ger
 
Majestad Batlló, siglo XII


Este Cristo sobrecoge por su belleza, su policromía y su sencillez.


La última parte de la exposición está dedicada a los Tesoros de la Iglesia



Copón de la Cerdaña


Paloma Eucarística, siglo XII



Báculo de Mondoñedo, siglo XIII


Estos son sólo algunos ejemplos hay también crucifijos, arquetas, etc. Estos objetos tenían un valor litúrgico pero también servían para representar el poder de la Iglesia. Alguno de ellos como el Báculo de Mondoñedo, proceden de Limoges que durante la época románica fue un centro de orfebrería y esmaltes de primerísima calidad. 

El Románico era polícromo, aunque a sus iglesias se les ha despojado de todo el color. Para comprobarlo, hasta el 15 de mayo podéis verlo en la Fundación Mapfre de Madrid. Hay también una VISITA VIRTUAL, pero no es lo mismo.

Nota sobre la España plural y autonómica. Esta colección que pertenece a un museo nacional catalán es muy bien recibida en Madrid. No todas las obras de la colección proceden de Cataluña, las hay también de Galicia y Castilla-León. El arte es arte y creo que es uno de los mejores elementos para eliminar fronteras.

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