jueves, 28 de abril de 2011

Algunos tesoros de Libia


A veces un país salta a las cabeceras de los periódicos. Casi nunca es por algo totalmente positivo. Libia vive un conflicto inspirado por las legítimas ansias de libertad de parte de su pueblo, que no sabemos cuándo ni cómo terminará. Un conflicto que corre riesgo de enquistarse y de seguir produciendo dolor y sufrimiento a los libios durante un tiempo indeterminado.



Mi desconocimiento sobre muchos países es descorazonador. De Libia podría decir: petróleo, desierto, Trípoli, Gadafi y poco más. Hace unos días hojeando un libro descubrí algo que me pareció muy interesante. 

En el desierto del Sahara podemos encontrar más de 50.000 grabados rupestres repartidos entre Argelia, Tchad, Niger y Libia. En su mayoría están en losas de piedra verticales y datan de entre 5000 y 2000 años a.c. Una importante parte de ellos se encuentran en el Sudoeste de Libia, en la región de Fezzam.


Sí, ¡se trata de un elefante y de un rinoceronte! La desertificación del Sahara es relativamente reciente. Hace 6.000 años, gracias a un régimen regular de lluvias, había lagos, ríos e inmensas savanas  parecidas a las que hoy encontramos en Kenia. 




¡Seguimos de safari con jirafas y monos! Como se aprecia por la luz de las fotografías, todos estos grabados se encuentran a la intemperie.



Estos últimos son un antílope y una gacela. Unos 3.000 años a.c. desaparecieron las lluvias  de lo que hoy es el Sahara, el clima se hizo similar al actual y estos animales se extinguieron o viajaron hacia el sur. Sólo nos queda el testimonio artístico de los hombres que convivieron con ellos.

Pero no sólo hay grabados, también hay pinturas parietales. En vez de al aire libre, se encuentran en refugios rocosos, de los que se han descubierto unos 2.000 en el desierto del Sahara.  

En estas pinturas encontramos animales, pero también numerosas representaciones humanas. Su datación es variable, siendo las más antiguas de unos 7.000 años a.c. Las pinturas están realizadas con pigmentos minerales ocres, marrones, amarillentos, rojizos, blancos.





Estas pinturas parecen reflejar un universo mágico-religioso, en el que las escenas de caza y los rituales en grupo tienen mucha importancia. Las mejor conservadas se encuentran en Tadart Acacus en el sudoeste de Libia, cerca de la cuidad de Ghat.



Estas últimas pinturas, de hacia 1500 a.c., muestran fuertes contrastes entre el blanco de la cal y el ocre. Las figuras humanas realizan a menudo danzas ceremoniales.

Mención especial merecen los llamados "carros voladores". Pertenecen a la fase más reciente del arte rupestre en el Sahara, unos 1.000 años a.c. Para dar la ilusión de velocidad, los carros se pintaban en posición vertical, produciendo un curioso efecto de irrealidad. 


Querer que todo este patrimonio se conserve es una razón más, no la principal, para desear que la guerra acabe.


sábado, 23 de abril de 2011

Los desnudos de Amedeo Modigliani




Desnudo recostado, 1917

¿Por qué fueron tan escandalosos en su momento los desnudos de Modigliani? No fue la primera, ni la última, vez que el desnudo resultaba polémico, pero esta vez tuvo que intervenir la policía cuando se expusieron en 1917. Veamos la trayectoría de Modigliani e intentemos averiguar cuál fue su gran "pecado".


Amedeo Modigliani nace en 1884 en Livorno, Italia. Es el cuarto hijo de una familia romana arruinada de origen sefardí. Su adolescencia  está marcada por la enfermedad: con 14 años padece el tifus y con 16, una tuberculosis. Tras pasar por academias de Florencia y Venecia, se instala en París por primera vez en 1906.

Desnudo femenino con sombrero, 1907-8



Modigliani vive en el Bateau-Lavoir en Montmartre y su pintura tiene influencias de Toulouse-Lautrec, Cézanne, de Picasso, del cubismo,...Desde el principio todos destacan su asombrosa velocidad de ejecución y su seguridad: nunca retoca sus cuadros. Realiza numerosos retratos y los modelos sienten que su alma se muestra completamente en ellos. Sus desnudos de esta época tienen una clara influencia expresionista.

Desnudo doloroso, 1908

Amigo de Constantin Brancusi, después de descubrir el arte africano y camboyano en el Museo del Hombre de París, dedica un tiempo a la escultura. Sus problemas de salud no le permiten convivir con el polvo y tiene que conformarse con pintar.

Cabeza, 1910-12

Modigliani tenía un gran atractivo para las mujeres. Tuvo numerosas aventuras, algunas relaciones más estables (la poeta rusa Anna Ajmatova, la poeta, periodista y crítica de arte británica Beatrice Hastings) y un gran y tormentoso amor con la jovencísima Jeanne Hébuterne. Amedeo tenía graves problemas con el alcohol que consumía en grandes cantidades y que cambiaba bruscamente su carácter, despertando su lado más violento. 

 
Cariátide, 1913-4

Desnudo femenino sentado, 1916
Desnudo sentado en un diván, 1917



Los desnudos de Modigliani evolucionaron. De una concepción expresionista y simbolista en la que el cuerpo femenino es una fuente de pecado, se fueron haciendo cada vez más sensuales y naturales, desembarazándose de cualquier contenido moralista.


Desnudo femenino sentado, con collar, 1917



Desnudo femenino sentado, 1917

En 1916 Modigliani conoce al poeta polaco  Léopold Zborowski que se convierte en su marchante. Zborowski prepara la primera exposición individual de Modigliani y le propone realizar una serie de desnudos recostados para los coleccionistas más osados. Modigliani se pone manos a la obra. 




Desnudo con collar, 1917
Desnudo echado sobre un cojín azul, 1917
Desnudo recostado, 1917
Para la realización de estas pinturas, Modigliani se nutre del arte del pasado-desde la Venus de Giorgione hasta la Maja desnuda de Goya. El cuerpo femenino se aplana siguiendo el camino iniciado por  Ingres y culminado por Picasso, pero, sin embargo, los cuadros están cargados de una fuerte carga erótica,  fruto de la sensibilidad del pintor, de su propia biografía y de la libertad sexual reinante en Montparnasse durante los años 10 del siglo XX.
 
Desnudo tumbado de espaldas, 1917
Desnudo femenino recostado, con el brazo izquierdo sobre la frente, 1917


Desnudo echado sobre el costado izquierdo, 1917

El 13 de diciembre de 1917 se abre en la galería Berthe Weill la exposición organizada por Zborowski. La exposición se cierra por orden gubernativa por indecente: !los desnudos en el escaparate de la galería mostraban pelos! No se vendió ningún cuadro a causa del escándalo.

No creo que sea una cuestión de depilación. Los desnudos de Modigliani muestran a mujeres que asumen su cuerpo y su sexualidad, que, a menudo, miran sin nungún pudor al pintor. La carga erótica que se transmite es debida a la complicidad entre modelo y artista. No son diosas, son mujeres con mucha carne. Estos desnudos muestran una libertad que existía en el bohemio Montparnasse, pero que no era compartida por la sociedad de la época.



Ahora estos cuadros no escandalizan, pero siguen sorprendiendo. Son obras llenas de belleza, de color, de sensualidad. No son mujeres objeto, son mujeres extraordinariamente vivas. Amedeo Modigliani fue un gran maestro no sólo del retrato, sino tambíén del desnudo.  

martes, 12 de abril de 2011

Arlés 1888, Van Gogh y Gauguin


Una historia que acaba con una oreja de menos parece que acaba mal. ¿O no es así?

El 20 de febrero de 1888 Vincent Van Gogh se instala en Arlés. Viene de París donde ha pasado casi dos años, ha visto muchísima pintura y ha estado en contacto con los pintores más inconformistas del momento: Henri de Toulouse-Lautrec, Émile Bernard, Georges Seurat, Paul Signac, Paul Gauguin. Con éste último tuvo contacto pesonal y pudo apreciar su trabajo realizado durante su viaje a la Martinica.




La casa amarilla, Van Gogh

Pese a que cuando llega a Arlés está nevado, Van Gogh persiste en su búsqueda de la cegadora luz provenzal. Enseguida comienza a pintar al aire libre, recorriendo la región de Arlés a pie. Alquila como taller una parte de la Casa Amarilla contigua al Café de la Estación en el que se aloja.

El puente de Langlois, Arlés, Van Gogh
Melocotonero en flor, Van Gogh

Anciana de Arlés, Van Gogh
Calleja de Saintes Maries, Van Gogh

Van Gogh pintó mucho en los 15 meses que pasó en Arlés, unos 300 cuadros. Muchas de sus obras se las enviaba directamente a su hermano Theo. Curiosamente en Arlés no se puede contemplar en la actualidad ninguna obra del pintor.

Su pintura se orienta hacia el impresionismo, realiza series, varias pinturas sobre el mismo tema, como las de la familia Moulin o la primera sobre los girasoles. Mantiene correspondencia con varios pintores, entre ellos Paul Gauguin, al que anima a venir a Arlés para formar una comunidad de artistas que compartan experiencia y búsqueda de nuevas formas.



Mientras espera a Gauguin, alquila unas habitaciones en la Casa Amarilla y pinta la primera versión de La Habitación de Arlés. La puerta a la derecha se abría a la planta superior y la escalera, la puerta de la izquierda daba paso a la habitación de invitados que preparó para Gauguin.  Es  un alojamiento modesto, con unos pocos muebles de madera de pino. El cuadro presenta una fuerte perspectiva.

Café por la noche en Arlés, Gauguin



 Café por la noche en Arlés, Van Gogh
El 23 de octubre Paul Gauguin llega a Arlés y Van Gogh y él empiezan a pintar juntos. Es el caso del Café de la Estación o de los cuadros en Les Alyscamps (Campos Elíseos en provenzal), antigua necrópolis romana en las inmediaciones de Arlés que luego sirvió de lugar de paseo y de cementerio cristiano. 

Les Alyscamps, Gauguin
Los Alyscamps, Van Gogh

Les Alyscamps, Van Gogh



Incluso pintaron a las mismas personas, como en el caso de Mme Augustine Roulin

Según Gauguin

Según Van Gogh

Muestra de la estrecha colaboración es este cuadro en que Gauguin retrata a Van Gogh mientras este pinta uno de sus célebres Girasoles

Extraño Van Gogh cuyo rostro parece ser un híbrido entre el de Gauguin y el suyo propio. Tal vez un psicoanalista podría explicarnos algo más sobre este cuadro. ¿Tal vez Gauguin se proyectaba en Van Gogh?¿Querría ser él el que pintara los Girasoles?




Girasoles, Van Gogh

Los dos meses que Gauguin pasó en Arlés fueron muy fructíferos.
Arlesianas (Mistral), Gauguin


Árboles azules, Gauguin



Las lavanderas de Arlés, Gauguin

Pero todo tiene un final y a veces éste se acelera. Van Gogh se agotaba pintando, era muy vehemente, psicológicamente inestable y bebía mucha absenta. Gauguin también tenía una carácter fuerte e inestable. Discutieron mucho y el 23 de diciembre la pelea se hizo violenta. El incidente es confuso, pero la versión más plausible es que Van Gogh amenazara a Gauguin con una navaja de afeitar y, tras la huida de éste, se seccionara en un delirio parte de la oreja izquierda. Fue el fin de su conviviencia, pero siguieron manteniendo correspondencia epistolar hasta la muerte de Van Gogh en 1890.


Este autorretrato y la imagen que abre el artículo son los dos últimos de Van Gogh. Aunque Gauguin ya no esté, sigue presente en algunas de las últimas obras de Van Gogh en Arlés.
La silla de Gauguin
 La silla de Van Gogh
Meses después, en Saint-Rémy-de-Provence, donde Van Gogh vivió en una institución psiquiátrica, Vincent vuelve a pintar bajo la inspiración de Gauguin. La Arlesiana (en realidad Mme Ginoux, la arrendataria del Café de la Estación de Arlés) es una copia de un dibujo a carboncillo de Gauguin preparatorio de su Café por la noche en Arlés.

Mme Ginoux, que al parecer había sufrido depresiones, atendió a Van Gogh después del incidente con Gauguin y su posterior internamiento en el hospital de Arlés. A juzgar por su cara tranquila y comprensiva, al menos ella supo escucharle en un momento difícil.

La vida de dos genios se cruzó durante los dos últimos meses de 1888 en Arlés. Cada uno siguió después su camino, el de Van Gogh era mucho más corto en el tiempo y en el espacio.