viernes, 17 de febrero de 2012

El Jardín de las Delicias y el centeno

Jardín de las Delicias, El Bosco, 1480-1490
Este es uno de los cuadros más visitados del Museo de El Prado aunque no sé si hay estadísticas al respecto. Siempre que voy al museo me paso una rato frente a esta tabla y siempre descubro cosas nuevas. Pero, cerremos un momento el tríptico para hablar un poco de su autor.


Jeroen Anthoniszoon van Aeken, conocido como El Bosco o Jerónimo Bosch (1450-1516) fue un pintor holandés. Nació en una familia de pintores, en cuyo taller se formó,  y no usó el apellido familiar, pues éste era heredado sólo por la obra del hermano mayor. Se casó con una rica burguesa, lo que siempre viene bien, porque, despreocupado de la necesidad de vender su obra para comer, le dio más libertad en la elección de temas.

Se cree que El Bosco viajó entre 1500 y 1504 a Italia y probablemente vivió un tiempo en Venecia, ya que  obras suyas están presentes  en colecciones privadas venecianas de los primeros decenios del siglo XVI. Además, a partir de estos años, el estilo del Bosco se hace más renacentista con figuras de mayor tamaño situadas en bellos paisajes.

Técnicamente El Bosco pintaba alla prima, es decir, con la primera pincelada, sin demasiados retoques. Fue también un innovador en el colorido de sus cuadros que es más atrevido y contrastado que el de otros autores de la época.

Volvamos a abrir el tríptico ...

y fijémonos en los detalles.


En el panel de la izquierda: El jardín del Edén.



Observad la forma antropomórfica de la roca de la derecha (en esta copia algo rosada). Parece de un cuadro de Dalí o Max Ernst


En el panel central: El jardín de las Delicias propiamente dicho. 




El Bosco nos muestra la Tierra, un falso paraíso en el que la humanidad  sucumbe al pecado y se dirige a su perdición pero mientras tanto se lo pasa bien y hasta parece que  viaja a Canarias (por lo del drago).



Aparecen decenas de símbolos cuyo significado sólo podemos sospechar. El mundo parece una gran orgía en la que hombres y mujeres realizan todo tipo de prácticas sexuales. Hay incluso relaciones eróticas o sexuales entre animales, o entre plantas. Siempre me extrañó que ni la Inquisición ni ningún otro poder censurara esta obra. Con la excusa de mostrarnos el pecado, El Bosco nos abre todo un abanico de posibilidades.



Y ¿de dónde viene toda esta increíble imaginación (más o menos calenturienta)? El Bosco es heredero de un imaginario medieval que podemos observar en numerosos capiteles románicos y es inegable que era alguien muy creativo. Pero, aquí es donde aparece la historia del centeno: Parece ser que El Bosco padeció ergotismo enfermedad también llamada "fiebre de San Antonio", "fuego de San Antonio" o "fuego del infierno". Era una enfermedad causada por comer pan de centeno elaborado a partir de cereal contaminado con un hongo llamado cornezuelo del centeno.








Los síntomas eran alucinaciones, convulsiones y contracción arterial, que podía llevar a graves complicaciones e incluso la muerte si el consumo de pan de centeno era continuado. En la Edad Media no se conocía la causa ni la cura de la enfermedad por lo que los "milagros" asociados a la curación eran muy curiosos (*). Pero volvamos a El Bosco, según algunos expertos el consumo de pan de centeno ayudó a la explosión de su imaginación. No en vano, las sustancias activas en el cornezuelo del centeno eran derivados del  ácido lisérgico, más conocido como LSD. 

Al principio se  me hacía raro, casi decepcionante, pensar en un El Bosco algo colgado pintando el Jardín de las Delicias. No terminaba de verlo en plan hippie o miembro del Flower power, pero luego me tranquilicé pensando que hubo muchos enfermos de ergotismo, pero un solo El Bosco.

Todos los excesos se pagan y ahí está la tercera tabla, la de los horrores y tormentos eternos del infierno.

La desbordante imaginación representando placeres no se queda atrás a la hora de mostrarnos las penas y tormentos.

He vuelto a ver El Jardín de las Delicias después de saber la posible ayuda "química" de la que gozó El Bosco y el cuadro sigue siendo para mí tan interesante y fascinante como antes.

Este blog tiene la suerte de tener estupendos lectores. Viviana Ramos desde Argentina me comunica, y luego lo he confirmado en otras fuentes, que las desafortunadas Brujas de Salem muy probablemente debían sus "excesos" a una epidemia de ergotismo. Al fin y al cabo, El Bosco tuvo suerte y creó una obra única; las mujeres de Salem, como otras muchas mujeres a lo largo de la historia, tuvieron un destino mucho más cruel. 


(*)En España el único remedio conocido en la Edad Media consistía en hacer el Camino de Santiago. La explicación es sencilla: El ergotismo gangrenoso lo producía el consumo prolongado de pan de centeno contaminado. El hospital del convento de San Antón, en Castrojeriz, curaba a los enfermos ya que les daba para comer pan de trigo candeal.