lunes, 28 de marzo de 2011

Jean-Léon Gérôme, una exposición












Baño turco (o moro) 1870

Ir a ver una exposición es siempre una buena experiencia; sales, ves gente, arte y, si tienes un poco de suerte, terminas con alguno de tus prejuicios. Artista orientalista y pompier del siglo XIX. Esos eran los prejuicios con los que fui a ver la exposición de Jean-Léon Gérôme en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Duelo después de un baile de máscaras, 1857

Este es el primer cuadro que me llamó la atención. Me gustó la composición, el contraste del rojo del acompañante y de la sangre de Pierrot con el resto de tonos, el tema de la fiesta que termina muy mal, de los personajes de la Comedia del Arte que abandonan su registro cómico por uno totalmente  dramático. 

Como toda selección, la mía de esta exposición es muy subjetiva. Me salto toda la sección del momento neogriego, porque sí se correspondió con mis prejuicios.

Y llegamos a la sección oriental, allí además de bellas mujeres muy blancas que sirven para el placer de los hombres encontré otras muchas cosas.

Vendedor de alfombras en el Cairo, 1887

Escenas de las calles y mercados, realizadas con una técnica y precisión asombrosa y que parecen salir de una observación real y no de una idealización de las Mil y una noches. De hecho, Gérôme realizó varios viajes a Egipto y Oriente Próximo y se apoyaba en su experiencia, pero también en fotografías para que su escenografía fuera lo más real posible.
El bardo negro, 1888
Bashi-bazouk cantando, 1868




El bardo negro es de una sorprendente modernidad, parece una foto del National Geographic. Los Bashi-bazouk eran los mercenarios del ejército otomano y éste parece completamente descerebrado, no sabemos si por la ociosidad o el alcohol, y se diría que canta a voz en grito para penitencia de sus compañeros.

En la sección Gérôme pintor de historia hay muchos peplum con romanos, circo, mártires cristianos y gladiadores. Los omito por que no me van mucho, sí me interesaron por el contrario

Edipo, 1886

Eminencia gris o el Padre José, 1873

Edipo al natural tiene una luminosidad espectacular, verdaderamente cegadora y la referencia al mito con un Edipo encarnado en un miembro del ejército napoleónico es muy oportuna.
El segundo me intrigó, está claro que el monje ensimismado en sus lecturas es inmune a las lisonjas de los cortesanos. ¿Pero quien es este padre José? Se trata de François Leclerc du Tremblay, monje capuchino llamado el padre José (1577-1638), que fue consejero oculto del cardenal Richelieu y que tuvo una gran influencia en la corte de Luis XIII. Para él se inventó la expresión "éminence grise" que luego ha pasado a otros idiomas.


La verdad...,1895

Este cuadro alegórico tiene un título larguísimo: La verdad saliendo de un pozo armada con un látigo para castigar a la humanidad. La obra tiene mucha fuerza y la Verdad parece de armas tomar (y nunca mejor dicho).

La última parte de la exposición me pareció la más interesante. Se llama el artista en su taller y hay una serie de obras en las que hay múltiples referencias cruzadas entre modelo, obra, artista, pintura, escultura,...

Pigmalión y Galatea, 1892

Final de la sesión, 1886

El trabajo del mármol o el artista esculpiendo una tanagra, 1895



En estos dos últimos cuadros Gérôme se autorretrata en su entorno creativo y en traje de faena. Porque Gérôme fue también escultor, disciplina que siempre le gustó y a la que se dedicó desde 1878. Basándose en descubrimientos arqueológicos, realizó esculturas en mármol policromado al estilo de las de la Antigüedad, como la magnífica Jugadora de bolas de 1901 que cierra la exposición. 


En resumen, una interesante exposición de un artista lleno de talento y de técnica que no fue un gran innovador, pero no todos los artistas tienen por qué serlo. Tal vez al final de su vida se pasó un poco en su hostilidad hacia el Impresionismo al que consideraba "el deshonor del arte francés", pero nadie es perfecto.

La exposición Jean-Léon Gérôme está abierta en el Museo Museo Thyssen-Bornemisza hasta el 22 de mayo de 2011. También hay una VISITA VIRTUAL A LA EXPOSICIÓN

4 comentarios:

  1. Ves como todo es ponerse :) Al final hasta los mal llamados pompiers tienen su encanto :)

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  2. Nunca lo negué. De todas maneras el apelativo de pompier me resulta divertido ;)

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  3. la verdad .....me encantó, que pasaría por su mente cuando pintaba la verdad,....mujer....látigo....pozo....obscuridad.....FASCINANTE!!!!!!

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  4. Cierto, Rosario. Tal vez la verdad sale furiosa porque está harta de que la condenen a la oscuridad y lo que ella prefiere es la luz. El látigo suena a castigo...

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