¿Puede ser considerada la obra de un artista como prueba de cargo en un asesinato? Parece ser que en determinadas circunstancias sí.
Después de semejante introducción, el cuadro que encabeza este artículo, El zapato rosa de Walter Sickert, nos parecerá el escenario de un crimen reciente en el que se está esperando la llegada de la policía. En otras circunstancias hubieramos pensado que se trataba de una mujer exhausta después de una noche de placer y/o de trabajo.
Este es Walter Sickert en 1884, cuatro años antes de que comenzaran los asesinatos de Jack el Destripador. No tiene pinta de asesino en serie, pero como en toda buena película negra, las apariencias engañan. Eso es, al menos, lo que asegura la novelista Patricia Cornwell en Retrato de un Asesino. Jack el Destripador - Caso Cerrado publicada en 2002.
¿Cuáles son las pruebas contra Sickert? Según Cornwell este artista nacido en Munich en 1860 en una familia bastante rígida es sospechoso por: una malformación en su pene que le impedía consumar el acto sexual, gustarle el travestismo, ser guapo y atractivo, casarse varias veces, ser culo de mal asiento, sentir atracción por los barrios de mala fama y por último, pero es la prueba concluyente, por su obra artística.
Hay que reconocer que el gusto de Sickert por el desnudo oscuro coincide en el tiempo con la comisión de los crímenes. Pero, el hecho desancadenante de estas obras fue el descubrimiento por parte del artista de los desnudos de Degas. A Sickert le gusta el lado escabroso, morboso y lo explora. Su obra, además, fue muy bien acogida en París donde se le consideró un innovador que rompía el intolerable cliché de la pintura clara y se le admiró por su inmoralismo y su visión anti-burguesa.
Cornwell tiene que reconocer que no tiene ninguna prueba definitiva que permita asegurar que Sickert era Jack el Destripador. Pero cuidado con lo que se pinta, porque dentro de cien años ¿de qué se le acusará a Lucian Freud o Fancis Bacon?
siii esa ironía esos ejemplos de freud y bacon aunque yo también lo digo con cierta ironía ja porq al mismo tiempo es un punto interesante pero fácil ja. M quedo con otra teoría q trata d viajes de jack, lo q hace imposible dar a entender q fue sickert ya que no se conoce ningun ejemplo de asesino serial en q hubiera podido frenar d golpe con los asesinatos (con toda esa morbosa estetica q reflejaba) y haberse aguantado hasta el final d su vida volver a realizarlos(q se sepa); con los violadores sucede lo mismo, una vez q empiezan no pueden parar. Repito no creo q fuera sickert
ResponderEliminarYo tampoco lo creo. Hay muchas excusas para vender libros, tal vez yo la utilicé para mostrar cuadros.
ResponderEliminarLeí por 3 veces el libro de la Dra Cornwell, buscando hilvanar los detalles que ella investigó y publica allí. Si bien refiere al gusto tétrico y retorcido de las obras de Sickert - como así también refiere a la problemática en su pene documentado en las memorias de Sickert, pero son sólo ingredientes que suman detalles consonantes, siendo el eje más fuerte la crueldad y el trato perverso y despiadado de Sickert para con sus seres más próximos - también documentado en sus memorias - y el ADN mitocondrial encontrado en una de las cartas de Jack el Destripador enviadas a la Policía que coincide con una muestra encontrada en una indumentaria mono que Sickert utilizaba para pintar. Las facetas de la personalidad de Sickert lo sitúa en las peores de la especie humana aunando en un sólo individuo el egocentrismo, la envidia, la absoluta indiferencia y falta de empatía hacia las personas que más lo querían, y la utilización a sus intereses y conveniencia de toda persona que estuviera a su alcance, aunque se trate de la más inocente y amorosa, a Sickert no le significaba más que una mera "posibilidad de utilización" sin el menor afecto. Todo ese colosal "combo" enfermizo de la peor psicopatía, sumado a la prueba de ADN mitocondrial, no ofrece otro camino que el 99% de posibilidades que Sickert haya sido el legendario y cobarde asesino de mujeres de esa época Victoriana.
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