Empecemos por deshacer un entuerto, no se trata de un beato, sino de un santo cuyo nombre de pila era Beato. Vivió durante el siglo VIII y fue un monje del Monasterio de San Martín de Turieno(actualmente Monasterio de Santo Toribio), en la comarca de Liébana en Cantabria.
Hay que reconocer que desde la Alta Edad Media los monjes han sabido elegir los emplazamientos de sus monasterios. Liébana es un precioso y rico valle, con un microclima más benigno que la cercana Castilla y menos húmedo que el resto de Cantabria. Lo rodean las impresionantes cimas de los Picos de Europa.
Beato ha pasado a la historia por escribir los Comentarios al Apocalipsis de San Juan (Commentarium in Apocalypsin) profusamente ilustrados. Este libro debió ser terminado alrededor del año 786. No se conserva el original, pero sí copias realizadas entre los siglos X y XIII. A todos ellos se les denomina Beatos. Hay unos 27 y todos ellos son de un incalculable valor y tienen nombre propio.
Lo verdaderamente valioso de los Beatos son las miniaturas, así se llama a las ilustraciones que acompañan a los manuscritos de la Edad Media. Veamos algunas:
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Mapa Mundi |
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El arca de Noé |
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Los cuatro jinetes del Apocalipsis |
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El sexto ángel toca la trompeta |
Juicio de Babilonia |
Beato de Liébana mantuvo una disputa teológica con Elipando, obispo de Toledo, que era partidario de la herejía adopcionista. Parece ser que el Santo en un arrebato de justa ira llamó a Elipando "testículo del Anticristo". Este episodio ha inspirado a los artesanos de Liébana que elaboran unas pastas de avellana cuyo nombre no nos atrevemos a reproducir pero que se ilustran como sigue

Mira por donde acabas de aclararme el por qué del nombrecito de las dichosas pastas que alguna vez vi. Gracias por la curiosidad.
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